1.11.09

Un millón de pedacitos.

Mi vida pende de un hilo, un hilo que si se corta, me hará caer al vacío. Un hilo que me mantiene firmemente atada a ti, que hace que mi vida tenga algún sentido. Inexplicablemente, cuanto más fuerte se hace esa conexión, más me toca sufrir. Es increíble como las personas a las que más quieres y que más te importan son las que más daño te acaban haciendo. Sobre todo tú. ¿Por qué tuviste que herirme si lo único que hice fue quererte? ¿Es que no entiendes que yo podría dar mi vida por ti?

Cada noche lloro al saber que nunca podré tenerte, que nunca podré ver una mirada de amor en tus ojos, que nunca sentiré tus caricias en mi piel, ni podré probar el sabor de tus labios, ni sentir la ternura de tus abrazos. Duele saber que jamás sentiré tu corazón palpitando junto al mío ni podré quedarme dormida en tus brazos. Y ahora es otra la que te quita el sueño, la que tiene la llave de tu corazón. Pero a ti no te importa el mío, el corazón que tú dejaste roto en un millón de pedacitos, a la espera de ser reconstruido. Y sólo tú puedes hacerlo.

He tratado de olvidarte, pero cuanto más lo intento, más te quiero. Y cuanto más te quiero, más me hieres. Y cuanto más me hieres, más deseo olvidarte. Es como un laberinto sin salida; estoy encerrada en una habitación de la que no puedo salir. Y desearía encontrar un modo de hacerlo.

Daría cualquier cosa por volver a verte una vez más, aunque fuera solamente una. Ojalá pudiera sentir de nuevo tus ojos castaños clavados en los míos, y notar cómo una descarga eléctrica recorre mi cuerpo y me corta la respiración. Y en ese momento solo existiría una cosa en el universo: tú. Y lo único que se escucharía sería el latido de nuestros corazones, y me sostendrías en tus brazos por siempre.


Y si en ese momento tuviera que morir, me sentiría feliz al saber que pasé mis últimos instantes de vida en tus brazos. Y si lo último que sintiera antes de morir fueran tus labios en los míos, sin dudarlo moriría mil veces más por ti. Porque no me importa lo que me hayas hecho, no me importa que no sientas lo mismo que yo, ni que me hayas roto el corazón. Es igual. Te quiero con todos y cada uno de los pedacitos.

2 comentarios:

¡Súmate a mi inconformismo!